El Hércules y la flauta de Bartolo

Hay una canción de un grupo llamado          "Pabellón psiquiátrico" titulada "La Flauta de Bartolo". Escúchenla, no tiene desperdicio, es divertida y casi que podríamos decir que posee las directrices básicas en las que se basa la política deportiva,social y económica de nuestro querido y doliente Hércules CF. 

Y que conste que esto no es de ahora. Ni es un mal entrenador ni tampoco un momento coyuntural complicado de un equipo deportivo. Es una incapacidad manifiesta de dirigir a un club con este potencial y hacerlo de manera profesional.

Esto es un mal que dura ya más de 25 años y que no se cura con cambiar a un entrenador ni siquiera a la totalidad de jugadores. No, aquí el problema es mucho más profundo porque estamos ante un club que no avanza, que no es profesional, que trabaja mal y con incapaces al mando, empezando por el máximo accionista. Cualquier club de segunda división nos da millones de vueltas en todos los aspectos organizativos en los que se suele mover un club del siglo XXI. Aquí vivimos anclados en un pasado de dirigentes caducos y sin enterarse de cómo es el fútbol actual. 

Pueden cambiar mil escudos para acallar las protestas de la afición y al mismo tiempo activar todos los globos sonda que quieran, pero la realidad es que somos el hazmerreír del fútbol español y el equipo histórico más hundido del mismo. Y desde hace mucho tiempo y a nivel provincial, un ridículo sin paliativos. 

El Hércules ha pasado de club histórico a histérico, un club con su techo en tercera división y con un accionista de referencia que ni apuesta por salir de este atolladero ni deja paso a nadie que pueda recuperar la grandeza perdida. 

Al final, lo voy a resumir con un símil: El Rico Pérez es el reflejo de lo que somos como club y que es allí donde nos ha llevado este personaje: una ruina con aluminosis en el centro de su alma.

No, señor propietario , no se trata de que tú ayer le digas a tus marionetas que esto de Torrecilla se acabó. Se trata de que alguien te diga a ti que el que se tiene que ir eres tú y dejarnos en paz, que ya está bien de arrastrar al club en este despropósito esperpéntico en que estamos envueltos con total asiduidad y normalización.

Y ahora vamos con el tema del nuevo entrenador, el señor Beto Company, al que por descontado, le deseo lo mejor porque su suerte en nuestro club será la de todos los que lo queremos y sufrimos. 

De nuevo, el Hércules no apuesta, de nuevo el señor propietario pone lo mínimo para ver si suena la flauta. Como no hay estructura profesional y esto es un circo sin sentido, lo mínimo exigible es que al menos por una vez en la vida, el dueño absoluto ponga lo único que tiene, dinero. Y que hubiera puesto a un entrenador contrastado, de esos que lo nombras en cualquier punto de España y saben quién es. Digo nombres y seguro que habrá más: Juan Ignacio Martínez, Jose Luis Oltra, Lucas Alcaraz, Francisco... Y además, con mando en plaza y dándole los fichajes necesarios para conseguir los objetivos. Sé que es muy fácil hablar con el dinero de los demás, pero es que en un club con esta estructura amateur y con nula profesionalidad lo único que le puedo exigir a este señor es que ponga dinero de verdad o que nos libere de esta pesadilla. Dicen que el Hércules le cuesta 2 o 3 millones al año. ¡Pues gaste más o mejor y apueste a ganador de una maldita vez! También dice que ha puesto más de 50 millones en el Hércules. ¡Pues que mal que invierte usted! Gastarse semejante dineral para no tener el cariño de la afición ni el reconocimiento deportivo con un club totalmente invisible a los ojos de la sociedad española, un recuerdo muy lejano. Usted nunca vio al Hércules como un club grande, lo ha convertido en mediocre, en indiferente,en invisible, mediáticamente en la nada más absoluta. 

Pues no, no hay cambios en su manera de enfocar esto. Ahora sale Rubén Torrecilla y viene un tal Beto Company, que yo no sé quién es y al que,por supuesto, le deseo la mejor de las suertes. La flauta rácana del señor propietario ha vuelto a hacerse sonar, no suele funcionar nunca, pero igual esta vez por mera estadística le suena, ojalá. 

Le sonó por mera probabilidad un par de veces con Lluís Planagumà y con Rubén Torrecilla.

Y se consiguió un casi ascenso a segunda (los casi ascensos no valen para nada) y un ascenso de cuarta a tercera categoría (que sí, fue una alegría, pero pongamos el logro en la justa medida de una más oscura mediocridad en la que nos vimos envueltos durante tres años de visitas a polideportivos).

Pero el perfil de técnico que viene al Hércules siempre es el mismo. Entrenadores con pretendido potencial y con éxitos muy relativos  efímeros en el tiempo. Ellos lo llaman técnicos jóvenes, con hambre e ideas de futbol moderno. Yo los llamo asequibles económicamente y a ver si por poco dinero acertamos. Y si no, que venga otro con la flautita. Ya tuvimos a Cubillo, Ángel Rodríguez, Manolo Díaz, Jesús Gómez, Vicente Mir, al Pacheta primigenio sin éxitos aún, Lolo Escobar... Mismo perfil, poca inversión y a activar la flauta de Bartolo. 

Ojalá suene en esta ocasión, pero a mí esto me suena a lo típico de que al señor secretario tecnico o al yerno del propietario le han dicho que hay un amigo de un amigo que dice que este entrenador es ideal. Pues eso, un trabajo exhaustivo y profesional, como siempre. 

Pipiripipipipí ¿sonará la flauta o estará hueca?







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