Buscando el Norte
Buscando el Norte
Cuando tienes entre 13 y 17 años, la sensación de búsqueda es un término general aplicable a casi todas las vertientes de tu corta existencia.
Una de esas búsquedas va encaminada a configurar tus gustos musicales.
Otra de las características principales de un adolescente normal en los inicios de los años 90 es que no manejas mucho dinero y debes limitar la cantidad de discos que atesoras. En mi caso, en 1990, podía llegar a tener 3-4 discos que escuchaba de manera prácticamente continua y en bucle.
El resto de tus influencias musicales tienes que ir configurándolas con los pocos medios que se te ofrecen. Que básicamente son 3: radio, televisión y grabarte los pocos discos que a su vez , tienen tus colegas.
El caso que nos ocupa , el grupo " El Norte " llegó de la mano de la televisión a través de un anuncio publicitario de diamantes (Entre tú y yo) y posteriormente, con el visionado del programa matutino que por aquel entonces debían presentar Jesús Hermida y María Teresa Campos. Allí escuché el fragmento de algunos temas que fugazmente también había podido escuchar en las emisoras de radio.
Cuando el grupo liderado por Carmelo López volvió al programa magazine matutino me apresuré a darle a la tecla 'Rec" de mi video VHS. Y me quedé prendado de esas canciones . Sin lugar a dudas , el LP " El mundo está loco" contiene algunas de las canciones de mi vida tales como " Amores sin palabras, " Susana" o " Nunca te fallaré".
Tuve la suerte de enganchar casi entera "Amores sin palabras "en la radio y la escuché tantas veces en la soledad de mi habitación cuando tenía 14 años que puedo afirmar que pertenece a esa clase de canciones que se quedan en tu ADN para siempre.
Sin embargo, el resto de canciones de aquel grupo que tanto me gustaba tuve que conformarme con tenerlas mal grabadas en cassette de la forma más rudimentaria e imaginativa que pude.
Durante muchos años escuché " Nunca te fallaré" de una grabación horrorosa que hice juntando la pletina de mi radiocasette y la grabación VHS de ese programa de Hermida. Así eran los 90 y visto con la perspectiva de los años, hasta tiene cierto encanto porque el ingenio era el que te hacía admirar a tus grupos preferidos.
Ahora todo está en Youtube y muy al alcance de cualquiera pero los que tuvimos que hacer un ejercicio de imaginación para poseer nuestras canciones preferidas, las incorporamos como algo fundamental en nuestra vida y jamás las olvidamos.
Los dos primeros discos de El Norte sólo los he podido escuchar por completo muy avanzados los años 2000 pero mi admiración por la manera de cantar, transmitir y componer de Carmelo López nunca menguó y devoré por completo su nuevo disco del año 2004 ,"Sigue siendo de día", que hacía un repaso sobre su trayectoria anterior e incluía temas que de nuevo, me cazaron para siempre. Además, ese disco incluía colaboraciones de mi querido amigo Javier Urquijo y también de Javier Molina, batería de Hombres G.
Es uno de los mejores discos que he escuchado nunca y está en el altar de mis preferencias más absolutas con canciones como " Perdido ", " Amores vagabundos " o " Ahora que me dejas " por poner tres ejemplos de un disco extraordinario. Porque recoge mis recuerdos de adolescencia y les añade unos temas que en justicia, debieron de devolver al grupo a primera línea nacional.
Desde entonces, han tenido altibajos, reuniones, conciertos y demás vicisitudes típicas de un grupo que quizás no ha tenido el reconocimiento que merecían unas canciones a las que siempre acudo y jamás me traicionan.
Tengo una espinita clavada con El Norte que espero sacarme algún día. He tenido la suerte de ver en mayor o menor cantidad de ocasiones a todos los grupos y solistas que han conformado mi bagaje musical. Pero nunca he visto un directo de El Norte. Si vinieron a Alicante en los años 80 o 90 no tuve medios para verlos y luego, jamás coincidió que pudiera acudir a sus no muchas presentaciones en este siglo. Como sé que han vuelto a la actualidad me queda pendiente y sé que algún día se alinearán los astros para poder disfrutar de unas canciones que recuerdo escuchar en mi habitación soñando que esos "Amores sin palabras" algún día me tocaría vivirlos a mí.
Al cancionero de Carmelo López y El Norte le debo una parte de mi adolescencia y desde estas líneas, sólo me resta añadir un agradecimiento eterno por unos temas que están plenamente añadidos a la memoria colectiva de un tiempo que no volverá pero que atesoro con mucha nostalgia en mi corazón.

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