Brincos de la historia

 BRINCOS DE LA HISTORIA

Vaya por delante que soy un fan confeso de los Beatles. Me parecen geniales e incluso en ocasiones, como mi grupo hago canciones de ellos o algún concierto  tributo a su trayectoria. Es impresionante constatar que tras más de 50 años de su  ruptura sigan generando cifras impresionantes de sus remasterizaciones de discos míticos, que tengan innumerables páginas webs de fans, miles de grupos tributo, podcast y fanzines dedicados en exclusiva a su historia o un merchandising interminable .

Existe y existirá siempre, toda una legión de beatlemaníacos que no cesa en su  empeño de reivindicarlos como lo que son, héroes musicales y referentes no sólo de una generación sino que ya han traspasado esta línea, son directamente eternos. Y a mí contarme en primera fila como un fan más, faltaría más.

Admiro profundamente lo bien que lo ha hecho la cultura anglosajona respetando, cuidando y no dejando nunca caer en el olvido a sus grandes ídolos de siempre.

Por eso me entristece tanto que eso no ocurra en mi país.

No se remasterizan y se venden multitudinariamente los discos de Los Brincos, no hay innumerables páginas webs con millones de fans aportando ideas, fotos y  emociones, no se hacen podcast o revistas en exclusiva recordando su legado.

Y no hay miles, ni cientos de grupos tributo a su legado, sólo algunos grupos las  homenajean en sus conciertos. Afortunadamente, los que quedan y les  recuerdan en cualquiera de esos formatos son lo suficientemente activos y geniales para mantener viva esta llama.

Nombro a Los Brincos como cabeza visible de una generación pero podría nombrar a  muchos más grupos pioneros del pop español que son igualmente geniales: Sirex,Mustang, Diablos, Fórmula V, Micky y los Tonys y un largo etcétera de grupos de los que me siento deudor porque pusieron las bases del pop-rock que hoy conocemos.

Desde aquí mi gratitud infinita a todos aunque en este artículo personalicemos el movimiento en Los Brincos, que fueron los Beatles en la española, un grupo que tenía  sus capas características como seña de identidad y un sonido que nada tenía que  envidiar a cualquier conjunto europeo de la época, incluidos los 4 fabulosos de  Liverpool.

Sirva añadir como dato para constatar que el desarrollo del pop fue paralelo en todos  los lugares que cuando los Beatles ni siquiera habían sacado su primer single ya andaban pateándose España Los Pekenikes, grupo en el que estuvieron algunos de los miembros posteriores de Los Brincos. 

Los Brincos utilizaban prácticamente las mismas guitarras de procedencia americana, mismos amplificadores, armonías vocales y crearon temas espectaculares que toda  España cantaba enfervorizada. Hubo Beatlemania en Inglaterra y en el mundo pero  que nadie olvide que en España la enfermedad musical más común era la “Brincosis”.

¿Y quién las recuerda? Poca gente,. Prácticamente ningún joven y entre los de mi  generación es algo que se considera "la música que les gustaba a nuestros padres",antiguallas.

Todo el mundo sabe quién es Paul MacCartney, George Harrison, John Lennon o  Ringo Starr.

Pero, ¿quién recuerda a Juan Pardo, Junior Morales, Manolo González o  Fernando Arbex?

Para mí, fueron mínimo igual de grandes que los Beatles pero con  la salvedad de que aunque en su día cosecharon el gran éxito masivo también han tenido la mala fortuna de ir a nacer en un país maravilloso en otros muchos sentidos pero que no destaca precisamente por respetar y venerar a sus grandes pioneros musicales.

En eso, los anglosajones nos llevan una ventaja sideral. No en calidad, no en grandes  grupos, no en talento, pero sí en respeto o reivindicación de sus grandes héroes. Otro  día hablaremos de lo que significan los Hombres G en Latinoamérica y lo que  significan aquí, por poner otro ejemplo.

Somos una sociedad que deja caer a sus ídolos, que los encumbra un instante para  luego dejarlos en el cajón del olvido porque siempre parece que sea mejor la novedad, lo que está de moda, lo efímero de usar y tirar. Y no sólo hablo de música, esto  mismo valdría para otras disciplinas culturales o deportivas.

Murieron lamentablemente Junior Morales y Fernando Arbex y se pasó de puntillas  por la noticia.  Cuando se produjo el detestable y odioso asesinato de John Lennon o  la triste desaparición del gran George Harrison hubo homenajes mundiales tan grandiosos como merecidos. Aquí no ocurrió eso con Fernando o Junior. 

Cuando Paul o Ringo actúan, dicen algo en sus redes sociales o simplemente hacen una aparición pública millones de personas reaccionan atentamente a cada uno de sus gestos, lo normal.

¿Quién se acuerda de Juan Pardo en España? Y lo que es peor, los Beatles hace más de 50 años que no actúan pero Los Brincos siguen paseando su repertorio por toda la geografía nacional liderada ahora por Miguel Morales, también miembro de Los  Brincos originales y hermano de Junior. No todo el mundo sabe eso.

¿Imaginan que siguieran tocando Los Beatles? No habría entradas para tanta  demanda ni fuerza que parara esa ilusión colectiva de verlos en directo tocar sus viejos éxitos.

Yo, sin embargo he visto recientemente tocar gratis en Los Brincos en una playa de  Torrevieja y efectivamente, me lo pasé genial pero tampoco vi a nadie enfervorizado ante el concierto, que fue por otra parte, espectacular, lo correspondiente a un grupo  mítico que destila maestría. Este  es nuestro legado, condenados a no cuidar a los que  deberían ser nuestros referentes musicales.

Da igual lo que diga el mundo, lo afirmo aquí o donde haga falta: los Beatles son  grandiosos y los amo, soy su fan número 1 pero en la misma medida que lo soy de Los Brincos, porque por derecho ese sitio les corresponde. La historia musical de  España en su día daba brincos, que siga dándolos, respetemos nuestro legado.




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