La Movida la empezó Canito
LA “MOVIDA” LA EMPEZÓ CANITO
Jose Enrique Cano, Canito apenas tenía 20 años en 1979. Y la vida le sonreía. Tenía novia, buenos amigos, un padre que le apoyaba en su sueño de tocar la batería y además, acababa de formar su primer grupo con algunos de sus compañeros de instituto.
Es cierto que tuvieron problemas para terminar de conformarse al grupo. Dos de sus componentes faltaban frecuentemente a los ensayos y su amigo Javier dio con la solución a ese problema. Javi tenía dos hermanos menores que a su rebufo habían aprendido a tocar bastante bien y que presentaban un condicionante crucial para incluirlos: Los ensayos eran originalmente en casa y fue muy fácil hacer coincidir allí a los 3 hermanos y a Canito para perfilar un primer repertorio lleno de versiones y los primeros esbozos de canciones originales que tanto Canito como el mediano de los hermanos (Enrique) ya habían empezado a componer. Las reticencias de incorporar al menor de los hermanos , con tan sólo 15 años (Álvaro) cayeron rápidamente al comprobar que a pesar de su precocidad, era el que mejor tocaba de todos ellos.
Así es que los 3 hermanos (Javi, Enrique y Álvaro) junto a nuestro protagonista empezaron a ensayar. Primero en casa y después en una fábrica de caramelos que un familiar tenía en los afueras de Madrid. Hacía tanto frío en aquel lugar que era bastante sencillo que todos acabaran resfriados y tosiendo tras los ensayos.
Posiblemente por eso y tras haber utilizado otros apelativos bautizaron al proyecto musical como “Tos”.
En Madrid y en toda España todo había empezado a cambiar. Franco ya había muerto y se estaban dando los pasos adecuados para legar por fin, a la democracia.
De hecho, el mismo año que los “Tos” empezaron a ensayar se aprobó la Constitución y España pareció dejar atrás años de dictadura para adentrarse en años de libertad y de un nuevo color que se adueñó de las calles.
Otros chicos y chicas al igual que Canito y sus amigos habían seguido un camino similar y estaban creando grupos a imagen y semejanza de sus mayores influencias musicales tales como el punk y la “new wave” que provenían de Estados Unidos e Inglaterra. La semilla estaba ya plantada pero a la manera peculiar de que los españoles le iban a conferir.
Las cosas se las pusieron de cara a Canito y sus amigos: leyes laxas en materia de diversión y locutores de radio empeñados en dar a conocer esos nuevos sonidos que estaban surgiendo. Y ganas, muchas ganas de dejar atrás años de cantautores cantando “Al vent” . Los chicos de la época quieren divertirse, observar y disfrutar de la vida en color, nada más. Y nada menos.
Y modestamente, pero los “Tos” y el resto de grupos empiezan a tocar en pequeños pubs, bares, colegios mayores o festivales.
Por supuesto a Canito le iba todo a pedir de boca. Tocaban, ensayaban, se divertían, creaban canciones propias e incluso alguno de esos temas ya sonaba por las radios locales.
Así que se avecinaba un fin de año glorioso. La nochevieja en la que además, se iba a cambiar de década. Llegaban los ansiados ochenta e iban a ser cruciales, sin lugar a dudas.
Canito lo intuía, en esa década iban a conseguir dar el salto y convertirse en un gran grupo. Estaba convencido de ello y lo proclamaba a los cuatro vientos. Para él su grupo era el mejor y la próxima década iba a confirmarlo.
Así que cuando llegó el día de fin de año, se vistió para la ocasión (llevaba unas flechas rojas pegadas a su traje) y se preparó para acudir a la fiesta de cambio de década junto a su novia (Maria José) y sus amigos ( entre los que se encontraban Javi y Enrique, a Álvaro no le dejaron ir a la fiesta por ser menor de edad).
Todo era perfecto en esa fiesta y Canito lo demostró bailando frenéticamente cuando sonó el “My generation” de los The Who. Bien entrada la noche alguien sugirió acudir a otra fiesta en las afueras de Madrid y allí que se fueron en varios coches.
Estaba ya amaneciendo cuando a la altura de La Navata, en la carretera Nacional VI hubo un desgraciado accidente. Canito y algunos amigos pararon en la cuneta a esperar a los coches rezagados de sus amigos y otro vehículo ajeno a ellos se salió de la calzada e impactó de rebote con Canito que esperaba tranquilamente fuera de la carretera. El accidente fue fatídico y pese a no causarle la muerte en el acto lo encontraron muy malherido a unos metros del accidente. Tres días después, se le apagó la vida. Ese chico, con sólo 20 años y una ilusión tremenda por comerse la nueva década que estaba empezando sólo pudo ver un único amanecer en los ochenta,el amanecer en que se dejó la vida en esa maldita carretera.
Todos sus amigos quedaron destrozados y marcados de por vida. Y por supuesto, los tres hermanos con los que compartía proyecto musical. Se quedaron sin gana alguna de seguir adelante. Todo parecía haberse truncado para ellos.
Canito era pura alegría, el que tiraba de ellos, el motor del grupo y el entusiasmo personificado.
Pasado un tiempo, el mayor de los hermanos y fundador junto a Canito de los incipientes “Tos” pensó en hacer algo grande para recordar a su amigo. Realizar un concierto homenaje donde participarán todos los grupos que como ellos, ya habían empezado a tocar por los bares de Madrid. Un homenaje final a su amigo, al que no podían reemplazar y que les había dejado tan hundidos con su injusta partida. Era lo menos que se merecía y con ese objetivo empezó Javier a contactar con grupos para ver la disponibilidad de poder realizar este evento.
Por aquel entonces, no eran tantos los grupos que ya eran alguien el mundo de lasmaquetas y las actuaciones por Madrid: los Pegamoides, los Mamá, Mermelada,Bólidos, Nacha Pop, Mario Tenía y los Solitarios, Paraíso, Trastos… Y todos estaban por la labor de sumarse al homenaje a su amigo desaparecido en tan trágicas circunstancias.
Tras días de deliberaciones y no pocas negociaciones se decidió hacer el concierto en la Escuela Superior de Caminos de Madrid. Y se juntaron los astros para que ocurriera algo que hizo que el evento tuviera una visibilidad que nunca pensaron. Televisión Española decidió por sorpresa enviar una unidad móvil para grabar el concierto y emitirlo.
Hay que ponerse en contexto. Ahora parece increíble pero entonces en febrero de 1980, sólo existían dos canales de televisión y salir en ellos significaba la repercusión inmediata de todo aquel que saliera en algún programa.
La consecuencia de esa retransmisión fue clara. En pocos meses, prácticamente todos los grupos participantes habían conseguido un contrato discográfico y ya eran relevantes en el panorama musical español.
Con ese concierto retransmitido en toda España había nacido la “Movida Madrileña”.
Los 3 hermanos Urquijo (Javier, Enrique y Álvaro) junto a un nuevo batería (Pedro Díaz) consiguieron grabar su primer LP y su primer número 1 (“Déjame”) y el resto de participantes en este inocente evento siguieron su estrella.
Alaska se convirtió en la musa de la movida, los Nacha Pop se consolidaron como grupo estelar del momento, los Paraíso la rompieron con su “Para ti”, surgieron otros grupos y nació todo un movimiento que evidentemente ya estaba ahí pero que tuvo su espaldarazo popular tras la retransmisión por televisión del concierto homenaje a Canito. Esto es innegable.
Seguro que Canito desde el cielo siguió bailando frenéticamente el “My generation” de los Who como en aquella nochevieja en la que todo nación. Seguro que Los Secretos cada vez que tocan “Otra tarde” se acuerdan de su amigo, aquel al que la vida solo dejo ver un único amanecer de los años ochenta, su década de oro.
Yo, soy profesor de historia y cuando explico a mis alumnos cómo se hace un comentario de texto histórico incido mucho en clarificar si la fuente se primaría o secundaria. Si la fuente es primaría significa que el autor del texto vivió los hechos en primera persona. Si en cambio, la fuente es secundaria estás escribiendo por boca de otros.
Yo, en la nochevieja de 1979 a 1980 sólo tenía 3 años, así es que mi fuente es secundaria. Por mucho que me hubiera gustado deciros que estuve allí no lo estuve.
Pero he tenido la suerte de conocer y ser amigo de dos de los protagonistas de esa noche legendaria del pop español, la del concierto homenaje a Canito.
En la actualidad comparto grupo con Enrique Sánchez, guitarrista de. “Paraíso” y con lo que he charlado varias veces sobre esa noche. Como es lógico los protagonistas lo vivieron como una noche más de su genial juventud y los que no estuvimos allí hemos acabado por mitificar el evento. Pero es indudable que ese día nació algo importante en la historia del pop-rock español. Siempre le digo a Quique que mí envidia es infinita por haber estado allí donde siempre soñé estar.
Y azares del destino, en 2007 la vida me cruzó con Javier Urquijo en un concierto en Cartagena y nos hicimos amigos. Con aquel que fundó el grupo de mi vida, el amigo de Canito, el que tuvo la idea de organizar ese concierto homenaje, ahora resulta que es amigo mio y que en multitud de ocasiones cantamos juntos. No tendré palabras nunca en la vida para agracerle tantos buenos consejos y su amistad. Un grande, Javier Urquijo.
Habremos cantado más de 50 veces juntos “Otra tarde” y siempre que lo hago no puedo dejar de acordarme de aquel chaval de 20 años que se dejó la vida en ese accidente en la madrugada del 31 de diciembre de 1979.
Si a esto le añades que el otro autor del tema y mi referencia musical por excelencia (Enrique Urquijo) tampoco está entre nosotros sólo puedo dar gracias a la vida por tener el privilegio de ser una fuente secundaria de un relato que de alguna manera siento un poco como mío.
Gracias Canito, la Movida y todas esas canciones que nos han hecho tan felices nacieron contigo partida. Sé que desde el cielo aún piensas que los “Tos” son el mejor grupo del mundo y que la romperás en los 80. Y que estás con Enrique y con Antoñito Vega planeando canciones y genialidades.
Eterno, Jose Enrique Cano, Canito.

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